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A las niñas del Sr. D.B.D.G.

 

Flores que en los jardines

de la inocencia

desplegáis vuestras hojas

blancas y bellas,

quieran los cielos

que jamás vuestra vida

marchite el cierzo.

 

Quiera Dios que por siempre

viváis dormidas

con la casta pureza

de un alma limpia,

y en dulce sueño,

cual bajasteis al mundo,

subáis al cielo.

 

De las notas que el alma

lleva escondidas

una quiero dejaros

por despedida;

si nunca vuelvo,

que os sirva mi canto

como un recuerdo.

 

Gijón, agosto, 1874

 

 

Nota. Probablemente las niñas de la dedicatoria sean las hijas de Benigno Domínguez Gil (D. B. D. G.), amigo de su padre, a tenor de la correspondencia que mantuvieron por entonces.

 


 

Para saber más acerca de nuestra protagonista

 

Rosario de Acuña. Comentarios (⇑)
Algunas notas acerca de la vida de esta ilustre librepensadora
 
 
 
 
Imagen de la portada del libro

 

Rosario de Acuña y Villanueva. Una heterodoxa en la España del Concordato (⇑)