imagen de la cabecera

 

 

A la gloria

 

¡Huid lejos de mí, sombras del alma,

angustias de un dolor grande y profundo!

¡Huid lejos de mí, dejadme en calma,

no me turbe vuestro hálito infecundo!

¡No quiero del dolor lograr la palma,

dejad mi paso libre sobre el mundo,

quiero alcanzar del genio la victoria

penetrando en el templo de la gloria!

 

¡Huid lejos de mí, y alienta, vida;

alienta, corazón y entendimiento!

¡Basta ya de sufrir, lavad la herida

y alzaros para siempre del tormento!

¡Fantasma del dolor aborrecida,

ante la luz del pensamiento!

¡Paso a la inspiración, paso a la ciencia,

levántate, dormida inteligencia!

 

…………………………

 

¡Gloria, solo por ti desde hoy la mente

modulará su acento y su armonía;

por llegar a tu trono solamente

ha de girar desde hoy mi fantasía:

¡Solo por ti mi corazón ardiente

sentirá alguna vez melancolía,

siendo la luz que alumbre mi camino

el resplandor de tu fulgor divino!

 

¡Gloria, mírame al pie de tus altares

tranquilo el corazón y alta la frente;

se acabaron por siempre mis pesares,

y el alma entusiasmada te presiente;

¡mírame modulando mis cantares

y borrando el pasado ante el presente,

sin otro porvenir, sin otra idea

que brillar en la luz que te rodea!

 

Si llegase hasta ti, si alzando el vuelo

el alma que en mi ser triste se agita

tocase en los umbrales de tu cielo,

me creyera por fin de Dios bendita,

que tu corona en el mundano suelo

ni la muerte, ni el tiempo la marchita;

suele ceñirla frente ensangrentada,

¡Pero siempre es corona inmaculada!

 

Madrid, 18 de octubre, 1874

 

 

 


 

Para saber más acerca de nuestra protagonista

 

Rosario de Acuña. Comentarios (⇑)
Algunas notas acerca de la vida de esta ilustre librepensadora
 
 
 
 
Imagen de la portada del libro

 

Rosario de Acuña y Villanueva. Una heterodoxa en la España del Concordato (⇑)