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Los dos ángeles 

 

A mi querida abuela

 

En un valle de flores

camina un ángel;

son ligeras sus alas

como el encaje,

pero en su frente

una arruga se marca

profundamente.

 

Lágrimas abrasada

ruedan cual perlas,

de sus blancas mejillas

tristes y bellas;

con voz dormida

murmura suavemente:

¡Yo soy la vida!

 

En un desierto helado

un ángel marcha;

apenas un momento

tiende las alas,

como a la bruma

baten los huracanes

su negra pluma.

 

Sereno e imponente

con paso lento,

su tranquila mirada

fija en el cielo;

con eco fuerte

su voz segura dice:

¡Yo soy la muerte!

 

 Todos huyen del ángel

de la agonía,

y se acercan dichosos

al de la vida;

¡con él llorando

el ángel de la muerte

los va llevando!

 

Solana del Tamaral, junio, 1875

 

 


 

Para saber más acerca de nuestra protagonista

 

Rosario de Acuña. Comentarios (⇑)
Algunas notas acerca de la vida de esta ilustre librepensadora
 
 
 
 
Imagen de la portada del libro

 

Rosario de Acuña y Villanueva. Una heterodoxa en la España del Concordato (⇑)