Una nube sombría
cruza el espacio,
yo me llamo tristeza
va murmurando;
soplan las auras
y sus negros crespones
se desparraman.
Otra nube blanca
volando llega,
Yo me llamo alegría
dice a la tierra;
soplan los cierzos,
y sus leves cendales
van esparciendo.
Y la blanca y la negra,
veloces pasan;
a una llevan cierzos
y a otra las auras;
penas, placeres,
son nubes de la vida;
¡dejad que vuelen!
(1) La publicación en La Mesa Revuelta lleva por título «Dos nubes» y estaba precedida por un texto que decía «En el álbum de la señorita doña Carolina Villaverde y Castera». En las restantes publicaciones se titulaba «Las dos nubes».
(2) Publicado en el artículo de Patricio Adúriz (⇑) titulado «¡Y va de semanarios!»