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Revindiquemos a la mujer

 

 

Sí; hacía falta, y a mí más que a nadie, que quienes sentimos al unísono nos agrupásemos y defendiéramos de la espantosa reacción que nos circunda, y que, por paradojismo incomprensible, ha ido creciendo y absorbiéndonos desde que, hace treinta años se empezó en España la campaña antifanática. No parece sino, que a partir de Las Dominicales y El Motín por cada librepensador que actuó surgieron mil inquisidores, beatos o supersticiosos.

Estamos mal, muy mal; la poca juventud verdadera que hay, está en la cárcel, a la puerta o fuera de España. ¿Qué va a ser de todos nosotros?

A mi juicio toda esta regresión al siglo XVI radica en el estado de incultura y fanatismo de la masa femenina española. La mujer burguesa y la mujer proletaria, con raras excepciones, tienen el alma entera metida en el más brutal fanatismo. El hombre, burgués o proletario, con tal de que la mujer le deje a sus anchas y poder escapar a los vicios –casino, café, taberna, burdel o chirlata– a trueque de pavonearse solo, haciendo lo que su real gana o calzones le inspiren, transforma a su compañera en hembra, o en trasto o en esclava; el alma de la mujer selectísima, la voluntad de mujer potentísima y su corazón, vaso inagotable de ternura, busca para su compañía al menos macho posible, el más cercano al hombre, aunque su cercanía no sea real sino aparente... y el sacerdote que tiene superpuestas maneras y formas suaves, dichos sutiles, paciencia de araña y voluntad de acero, templado en las piedras angulares de dogmas milenarios, recoge a las prófugas del hombre, del hombre racional, consciente y útil a la vida y a la especie...

Todas las mujeres españolas están atrailladas por la superstición y el fanatismo, teniendo la terquedad mular de no pasar a ser racionales así las aspen. Y como la mujer es la mitad humana, y en el hogar la verdadera creadora de hombres y mujeres es la mujer... nuestras juventudes son un horror: un verdadero escuadrón de vestigios escapados y redivivos y potentes, pues se apoyan en la fuerza del Estado completamente medieval.

Horrendo es el destino de todos nosotros que somos, en realidad, los únicos que estamos constituyendo la patria civilizada. ¡En fin lo que suene sonará! ¡El destino de los  pueblos, como el de los individuos, está más allá de nuestras presunciones y de nuestra voluntad!

De todos modos caigamos con la mirada en el porvenir y la conciencia satisfecha de haber pasado por la tierra siendo racionales.

Rosario de Acuña y Villanueva

Gijón, 27-12-1916     

 

 

Nota. En relación con el contenido del presente escrito se recomienda la lectura de los siguientes comentarios:

 

Asamblea de universitarios en Barcelona (Mundo Gráfico, 13-12-1911)
165. Jóvenes y... jóvenes
Unos salieron airados a las calles de España para protestar contra lo que había escrito, obligándola a partir hacia el exilio para evitar ser encarcelada; otros, calmos y discretos, la animaron a salir de su voluntaria reclusión, reclamándole su estímulo y magisterio. Los primeros eran jóvenes universitarios ataviados...

 

Portada del diario El Pais del lunes 25 de octubre de 1909
101. Si no se descatoliza a la mujer... ¡Nada!
En el verano de 1909 España vivió uno de sus momentos más convulsos. El 11 de julio de aquel año se publica un decreto en la Gaceta de Madrid por el cual se procede a «llamar a filas los soldados de la Reserva activa que considere precisos... A finales de mes las tensiones obreras y anticlericales provoquen un estallido de acontecimientos violentos...

 

 

 


 

Para saber más acerca de nuestra protagonista

 

Rosario de Acuña. Comentarios (⇑)
Algunas notas acerca de la vida de esta ilustre librepensadora

 

 

 

Imagen de la portada del libro

 

Rosario de Acuña y Villanueva. Una heterodoxa en la España del Concordato (⇑)