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[Me preguntan ustedes cuál es mi opinión...][1]

 

 

Me preguntan ustedes cuál es mi opinión respecto a Pablo Iglesias. Pues la de que es uno de los pocos españoles por los cuales no se siente absoluta vergüenza de llamarse español.

Si la burguesía patria, esa masa amorfa de la que apenas sale ya otra cosa que zoquetes deformes: unos, para ser molinillos en el remate de la perinola de la pedantería, y otros, para chapotear en el fangal de todas las bribonadas. Si esa burguesía contase siquiera con un millar de hombres de la hombría de bien, seriedad, firmeza de convicción, constancia en el ideal y voluntad activa y seguida para la propaganda, podría decirse que había clase media en España, y no una inmensa manada de atortolados, que berrean, mirando a dos polos: el de la vanidad o el de la gamella.

Pablo Iglesias, como otra escasísima porción de hombres de España –unos muertos ya y olvidados, y otros vivos aún, pero olvidados también– representará en la historia de nuestros últimos días la sagrada hueste que quiso –y vivió y trabajó para lograrlo– rehacer en lo posible la personalidad recia, honrada, valiente, sensata y digna que tuvimos... (y perdimos, creo que para siempre) los españoles.

Y no hagan caso de esos pasquines y libelos que pululan por la corte. En un ambiente en que la justicia anda a trompicones, siempre haciendo zalemas al mando y cortesías al éxito; en un país tan completamente disgregado en bandos, banditos y bandidajes de todas castas y colores, las escorias humanas borbotean en las superficies y salpican, sin ton ni son, unas veces a unos y otras a otros... Mas en los crisoles queda siempre el oro puro y brillante. ¡Si fuéramos a entretenernos en quitarnos salpicaduras, ya teníamos trabajo para toda la vida! Bien está una sacudida de cuando en cuando, pero sin más trascendencia. A Pablo Iglesias no podría mancharle ya ni aun una apostasía: su obra de cuarenta años le asegura la inmortalidad, sin pasquines y aun sin defensores.

Rosario de Acuña y Villanueva

Escritora

Gijón, 15 de diciembre de 1915

 

[1] Para contrarrestar «la cobarde calumnia lanzada misteriosamente por [el semanario] El Dominó Negro», Acción Socialista lleva a cabo una encuesta entre diversas personalidades a quienes proponen responder a la siguiente pregunta: ¿Qué opina usted de Pablo Iglesias? Las respuestas se publican en el siguiente número. Allí están las opiniones de Gabriel Alomar, Joaquín Dicenta, José Ortega y Gasset, Américo Castro, Miguel de Unamuno, Antonio Zozaya, Gumersindo de Azcárate...


Nota. En relación con este escrito, se recomienda la lectura de los siguientes comentarios:

 

Teodomiro Menéndez Fernández (Oviedo, 1879-Madrid, 1978). Fotografía publicada en 1918182. Amigo Teodomiro
Cierto es que manifestó que no se consideraba socialista en el sentido dogmático y científico de la palabra, pero no es menos cierto que colaboró en algunas de sus iniciativas y que mantuvo buenas relaciones con unos cuantos dirigentes socialistas. Tal es el caso...

 

 


Turón. Casa del Pueblo y cuarteles de San Francisco122. Aclamada en un mitin en Turón
El sábado 21 el salón de la Casa del Pueblo de Turón se hallaba abarrotado de un público deseoso de escuchar las palabras de Virginia González. Del acto da cumplida cuenta El Socialista; también de la inesperada presencia entre los asistentes de una conocida...

 

 

Imagen del cuadro La Libertad guiando al pueblo, Eugéne Delacroix (1830)
104. Revolucionaria
En 1917 Rosario de Acuña estuvo en el punto de mira de los gobernantes. La policía efectuó, de madrugada, dos registros en su vivienda. Los organizadores de la huelga general fueron encarcelados... Represión, dolor. ¿Y no lloraremos...

 

 

Portada del diario El Pais del lunes 25 de octubre de 1909
 
102. ¿Qué opina de Pablo Iglesias?
A instancias de la revista Acción Socialista, Rosario de Acuña responde: «Me preguntan ustedes cuál es mi opinión respecto a Pablo Iglesias. Pues la de que es uno de los pocos españoles por los cuales no se siente absoluta vergüenza de llamarse español...

 

 

 

Fragmento del escrito de la Agrupación Feminista
84. El apoyo de la Agrupación Feminista Socialista
Desde aquel día tuvimos preparados los hatillos para ingresar en la cárcel, pues, pensando lógicamente, suponíamos ir a parar allí, toda vez que, por la ciudad, la traílla policíaca honoraria decía, a voz en cuello, que era preciso, preciso, que yo durmiera en la cárcel. ¡Como si...

 

 
Fotografía tomada cuatro días antes de su fallecimiento, en la celebración del  Primero de Mayo (El Comercio, Gijón, 16-3-1969)
12. La solitaria de «El Cervigón», por Manuel Tejedor
A ver, amigos socialistas –nos decía– únanse ustedes los socialistas, los comunistas, los sindicalistas, los anarquistas, todos los verdaderos liberales; únanse en bloque ante esa avalancha que se nos echa encima en todos los países, que es el fascismo...




Fragmento de la primera página de El Socialista, 8-5-1923
11. El último adiós de El Socialista
Aunque no desaprovechó ninguna ocasión para rechazar su pertenencia a cualquiera de los «ismos» que componían el grupo de los «verdaderos liberales», bien puede decirse que –al menos en los últimos años de su vida– mantuvo relaciones cordiales...


 

 


 

Para saber más acerca de nuestra protagonista

 

Rosario de Acuña. Comentarios (⇑)
Algunas notas acerca de la vida de esta ilustre librepensadora
 
 
 
 
Imagen de la portada del libro

 

Rosario de Acuña y Villanueva. Una heterodoxa en la España del Concordato (⇑)